3. Redacción

3.3. Introducción. Propósito del proyecto

El objetivo de este apartado es captar el interés del lector, aunque el estilo debe ser objetivo y deben evitarse las formulaciones publicitarias. La introducción debe ser un texto suficientemente atractivo pero claro, comprensible, profesional y convincente.

En primer lugar, debe enunciarse en qué consiste exactamente el proyecto y a quién va dirigido en uno o dos párrafos. Esta información debe ser muy breve, pero es necesario que, más allá del resumen, el lector pueda identificar en qué consiste la propuesta.

Posteriormente, es importante explicar el porqué del proyecto (especialmente en los proyectos externos y no solicitados), teniendo en cuenta los antecedentes (por ejemplo, otros proyectos similares que se han puesto en marcha en otras organizaciones y han funcionado) y también la problemática y las necesidades específicas de la organización a la que va dirigida el documento.

El texto tiene que responder a las preguntas de por qué se quiere llevar a cabo el proyecto, cuál es la situación actual de la organización y qué se ha hecho antes en relación con el problema que plantea el proyecto.

Además, es necesario indicar el interés o la oportunidad del proyecto para la organización a la que va dirigida la propuesta.

La información de este apartado dependerá de quiénes son el emisor y el destinatario de la información, y de la forma en la que se ha constituido un proyecto. Así, por ejemplo, no será lo mismo redactar un proyecto para un cliente externo que todavía no ha decidido si quiere contratar o no el producto, que redactarlo para un departamento de la misma organización que ha pedido iniciar una acción concreta.